«Velita» de Lauren Moya Ford
Hace un año conocimos a Lauren. Ella, acababa de mudarse a Betanzos y estaba desarrollando su obra en la Fundación CIEC. Un día, mientras buceaba en instagram, en una de las historias, me apareció un grabado recién salido del tórculo, cuya imagen principal era una vela. La verdad es que me llamó mucho la atención. Al cabo de unos días la vi y le comenté que me había encantado el grabado que había realizado y para mi sorpresa me comentó que tenía varias obras donde aparecían velas. Se me iluminó la mirada, la vela como objeto central de la obra de arte, en aquel momento me pareció sublime.
Hoy en día a la hora de apreciar la esencia de la belleza de los objetos cotidianos, sencillos pero honestos, es una belleza que tendemos a ignorar con demasiada facilidad. Una vela se atiende a identificar cómo un actor secundario, es como algo que tiene que estar ahí, pero casi siempre sometida a otro objeto. Igualmente, la luz de las velas ha sido un recurso que los artistas han utilizado desde la antigüedad para resaltar un objeto, persona o cualquier otro elemento dentro de una obra de arte, pero muy pocas veces, esa luz y esa vela que le daba vida era la imagen principal.
Hace unos mese le comenté que teníamos que hacer algo con esas obras, y es ahora, cuando nos mudamos a un espacio más grande donde podemos hacer realidad esta exposición. Inauguramos nuevo local e inauguramos exposición (no se puede rehuir del arte).
No se puede tener mejor comienzo, una oda a la vela. Mil gracias Lauren.
Velita, Lauren Moya Ford
En otoño de 2020 volví a mudarme a mi Texas natal después de vivir en España. Por aquel entonces seguía aturdida por una enfermedad complicada y me preocupaba no tener vacuna, así que me quedé en casa, como prácticamente el resto del mundo. El hogar cobró una nueva importancia para mí, al igual que los objetos que lo habitaban. Mi mundo era del tamaño de lo que podía ver de forma inmediata, y me vi haciendo esbozos una y otra vez de esos pequeños objetos —plantas de interiores, tazas de té, lápices, pinceles, libros y velas—que me acompañaban a diario. Siempre había estado rodeada de velas en iglesias y altares caseros, pero en ese momento su luz parecía acaparar mi atención, centrándola en algo efímero y a la vezbrillante. Durante el confinamiento las horas y los segundos perdieron de golpe su ritmo constante, pero encender una vela podía marcar el tiempo de forma física, mostrando su paso a través de la cera al derretirse y, finalmente, su olor penetrante y flujo de humo final. Encender una vela, entonces, constituía un pequeño gesto que simbolizaba el recuerdo y, si no la oración, al menos un sentimiento de esperanza. Durante esos meses hice muchas ilustraciones de velas y otros objetos y después las guardé, olvidándome de ellas por completo.
Cuando Roci me pidió que expusiera mi obra en A Coruña, volví a abrir mi archivo en busca de ilustraciones de velas y redescubrí estas piezas.Como suele ser habitual en mi obra, aparecen manos en muchas imágenes, presentando la posibilidad del tacto, la cercanía y una especiede intimidad que espero que también sientan los espectadores.
—Lauren Moya Ford.
Betanzos, agosto de 2024
Traducción del inglés de Irene de la Tor
BIO
Lauren Moya Ford es una artista y escritora que vive y trabaja en Betanzos, España. Ha expuesto y presentado su trabajo en Tufts University, University of Texas at Austin, Texas State University, Del Mar College,en la Capilla Bizantina de la Colección Menil, el Museo Ashmolean de la Universidad de Oxford, el Centro de Artes Visuales de la Universidad de Texas en Austin y en espacios de arte en Lisboa, Madrid, Montreal, Filadelfia, Oporto y Tokio. Su trabajo, que abarca dibujo, cerámica, y grabado, explora su relación con la memoria, el cuerpo y la naturaleza. Desde 2019, más de 300 de sus reseñas de exposiciones, libros, ensayos y entrevistas han sido publicadas en forma impresa y en línea por Apollo, Art Papers, Flash Art, Frieze, History Today, Hyperallergic, Mousse y otros.